LOS PANAMEÑOS VETERANOS DEL CONFLICTO DE COREA

RECORDANDO SUS ESFUERZOS

El 26 de marzo de 1942, los empleados del gobierno americano en la Zona del Canal que en su mayoría eran descendientes de los constructores del Canal de Panamá,  entregaron una carta al gobernador, el General de Brigada Glen E. Edgerton, en la cual expresaban sus deseos de enlistarse  a las fuerzas militares norteamericana para participar en la segunda guerra mundial y ayudar en la derrota de los Nazis.
Explicaron que deseaban ser llamados a servir activamente en cualquier campo de batalla bajo cualquier capacidad, hasta que las fuerzas de la democracia obtuvieran la  victoria total. La petición firmada por 362 empleados fue remitida al Departamento de Guerra en Washington, DC para ser evaluada, pero al pasar el tiempo no recibieron respuestas, terminó la guerra y perdieron la posibilidad de participar en ella.
Pero la formal integración de ese grupo de panameños a las fuerzas armadas de la Zona del Canal ocurriría en 1948 con la declaración de guerra a Corea del Norte bajo la  administración del presidente Harry Truman.  Nuevamente los jóvenes elevaron la solicitud, y en una carta fechada el 5 de noviembre de 1951 la Jefatura del Ejército para el área del Caribe autorizó procesar a los ciudadanos panameños residentes en el área del Canal de Panamá, como reclutas, bajo el sistema de cuotas del área del Caribe por un periodo de veinticuatro (24) meses. Ser clasificados bajo una cuota del Caribe en vez de soldados voluntarios de las Fuerzas Armadas no los desanimó, pues la situación económica en Panamá estaba fatal y la empleomanía en la Zona del Canal estancada, pero los beneficios inherentes a la participación en las filas de la armada norteamericana, vis. Becas educacionales pagadas por el gobierno norteamericano y posibilidad de jubilación, prometía mucho más si lograran sobrevivir de las batallas. 
Aceptaron la oferta y la juventud  panameña local fue en masa a la oficina de reclutamiento en Fuerte Amador para las pruebas y exámenes. Los que fueron aceptados, nerviosos y bañados en las lágrimas de sus familiares, salieron en barco casi de inmediato por el puerto de Cristóbal en la ciudad de Colón para un largo viaje a los EEUU. haciendo escala en San Juan, Puerto Rico y en la Bahía de Guantánamo, Cuba, recogiendo otras reclutas del Caribe para entonces dejarlos en el Puerto de Newark en Nuevo Jersey, y luego  a Fort Dix, NJ, para ser entrenados por 6 meses antes de proceder al frente de batalla.
Muchos fueron exitosos logrando escalar a rangos muy elevados y participando en las ofensivas militares con valor y distinción.  Se relata de muchos actos de heroicidad y de valentía.  Los fallecidos en combate: Sgt José Molinar Ceballos, Pvt. Ben A. Franklin y Pvt. Gilbert D. Francis  se les erigió una placa donada por la comunidad del Istmo en el exterior.  Los que sobrevivieron recibieron medallas por su valentía durante el conflicto.
El contratos por los 24 meses de servicio militar  obligaba retornar  a Panamá, al cumplir el termino, pero las condiciones sociales y económicas no habían mejorado y tenían el dilema de no poder aprovechar los beneficios inherentes a su servicio militar. Solicitaron y obtuvieron una entrevista con las autoridades militares zoneitas, para aclararles de los beneficios adquiridos y sus dilemas.  Fueron autorizados reenlistarse por un año más lo que les permitió legalizar el proceso y aprovecharon  todos los derechos adquiridos de estudio en las universidades americanas y previsiones sociales.  Muchos hicieron carrera militar con rango de oficiales.
Los que afortunadamente lograron permanecer en los EEUU han contados historias de la desenfrenada discriminación en el sur, aun a los uniformados, al punto de ser sujeto a una corte marcial sobre la base del color de la piel, algo que ocurría con frecuencia  hasta que la Corte Suprema de Justicia aboliera en 1954 la Ley de “Igual pero Separado” por inconstitucional.
Ser bilingüe tenía su ventaja. Se hablaba sin ser entendido, una táctica muy común para confundir a las autoridades locales.  En una ocasión el conductor del autobús ordenó a un grupo de panameños a retirarse a la parte posterior del transporte y los <pana> se hicieron los desatendidos murmurando “no comprendo”.  En completa frustración el busero solicitó la presencia de la policía quien después de oírlos hablar los declaró indígenas americanos  y fueron permitidos ocupar cualquier puesto en el transporte.  La noticia se propagó rápidamente y desde ese momento todos los panameños hablaban español cuando viajaban en los buses en los estados del sur.
Quizás ese gran esfuerzo migratorio de esos panameños residentes en el área canalera se deba al gran volumen de panameños en las Fuerzas Armadas norteamericana resultando en grandes logros sociales e intelectuales. Logros en las medicinas, en las letras, en la administración, en las artes, la música y en lo militar.  Ellos se convirtieron en el conducto que abrió las puertas hacia los EEUU para muchos panameños, como sus antepasados que abrieron la gran zanja para unir al mundo y entregarle a su Panamá la ventaja económica incomparable en América. 
Ahora, esos panameños ya jubilados están regresando a su tierra natal para compartir su experiencia, su conocimiento y su alta capacidad económica.
A continuación los nombres de algunos de esos gloriosos panameños.
Nota:
Algunos panameños participaron en la II Guerra Mundial como fue el caso de Carlos Belizaire, campeón corredor del área de Marañón. Resulta que Alexander Hogarty entrenador deportivo para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1938 quedó tan complacido e impresionado con la capacidad e inteligencia de los jóvenes deportistas bajo su encargo, que hizo arreglos y obtuvo varias becas de estudios en la preparatoria de la Universidad Xavier en Nueva Orleans. Carlos Belizaire fue el único que llegó hasta el final, pero en esa época la II Guerra Mundial estaba en su apogeo y por medio del Foreign Registration Act, Carlos se enlistó en las fuerzas armadas unos meses antes de su graduación.  En enero de 1943, pidió una licencia para asistir a la ceremonia de su graduación, licencia que le fue concedida.  En el acto fue muy ovacionado porque en vez de la toga tradicional de los graduandos universitarios, se presentó con su uniforme militar para recibir su diploma que lo acreditaba como Bachelor of Science in Physical Education. Ese fue un momento increíble e inolvidable, la ovación y los aplausos parecieran no acabar. Fue enviado al frente de batalla como miembro del Cuerpo de Transporte suministrando municiones  a las fuerzas aliadas en Europa.  Finalizada la guerra regresó a Panamá y se incorporó a la educación física siendo entrenador del primer panameño y centro americano en obtener una medalla olímpica: Lloyd LaBeach.

Anthony McLean H.
Desde Rio Abajo, 2010
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Martin Allen
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Escrito  original en ingles de :
Vivian M. Dottin
traducido al español por:
Anthony McLean
marzo, 2008
comentarios:

Sir:
Tue 8/31/10 4:07 PM

Thanks for the memories. Inasmuch as the list is incomplete, I knew personnaly many of the guys who enlisted in the first batch of volunteers.i.e. Roy Maxwell, Vernon Maxwell, Alex Vernon, Aubrey Wilmont, to name a few.
When the news broke that the Army was paying $75.00 they rushed to join as most or all were unemployed and hung out playing dominoes or checkers. This was around 1955. I didnt go since I was employed and earning much more than the above, and saw no reason to go to war with someone I didn't know or had no quarell with. However, when the guys came back on leave and mentioned some G I Bill that offered free college education and some other atractive perks that could justify getting shot at or dodging a bullet for, I decided to enlist.
My homey and running buddy Johnny Robinson who was unemployed decided to go sign up on Monday of one week, but I could not get the day off, so he went and signed. I went the next Monday only to find the Draft Board closed with a sign;Moved to Puerto Rico. My buddy Johnny retired from the military as a Warrant Officer and lives in Sacramento California and I retired a Fire Captain and we are still running buddies.
Cedric

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Tue 8/31/10 3:36 AM
Felicitaciones,  de  tu siempre inquieta pluma de los eventos històricos que involucran a nuestra comunidad, nos regalas otra perla del pasado. Sin embargo,quiero comentarte que el "peso" del sentido colonial de la antigua Canal Zone llevò a muchos panameños que trabajaban para los  Norteamericanos a creer que serìan fàcilmente aceptados por estos si se enlistaban en el Army o que si sus hijos nacìan en hospitales en la "zona" dirigidos por  autoridades coloniales tendrìan el derecho a ser norteamericanos, lo cual era comprensible por el trato nada amable que recibìan de las autoridades panameñas supuestamente soberanas de la tierra que los viò nacer, los empujò a emigrar buscando "mejores dias" que no importa lo que tuvieren que hacer por allà les parecìa que valìa la pena en comparaciòn con lo que recibirìan en el pais que vieron "la luz primera"; esta mentalidad se convirtiò, a mi parecer, en una meta para los hijos de afrodescendientes que trabajaban en la "zona" y asistian las llamadas escuelas Latinoamericanas, continuar estudios en los Estados Unidos; una vez allà, algunos con un sentido de panameñidad se organizaron para observar las fiestas patrias ymantener la esperanza de algùn dìa poder volver al suelo patrio; pero asì mismo hubo otros que hasta "juraron" no volver a Panamà, porque segun ellos el pais no les habìa dado "nada" y que todo se lo debìan al "Tìo Sam", con el tiempo algunos han cambiado de parecer porque, entre otras cosas, se han dado cuenta que con las jubilaciones que obtienen, difìcilmente podrìan vivir en USA, sin obtener un empleo adicional y que en Panamà podrian vivir còmodamente con ese dinero  que conforme las  leyes norteamericanas se van ajustando segun el aumento del costo de vida, lo voy adejar asì por el momento, pero eso podrìa ser tema de "debate" en Samaap o en cualquier foro o seminario al respecto. El reemplazo del tèrmino "Istmhian" por el de Panamanian tiene un profundo significado que mas adelante podrìamos discutir. hasta pronto y gracias por el envìo.

Dr. Carlos Alberto Smith Fray