Su selección al II Juegos Deportivo Centroamericanos y del Caribe celebrados en La Habana, Cuba, entre el 15 de marzo al 5 de abril de 1930, no fue sorpresa, pues era el lógico representante junto con otras figuras deportivas del momento. Tampoco fue en vano, “El Relámpago” como era conocido le entregó a su patria su primera presea de oro al ganar en el sprint de los 200 metros planos con tiempo de 22,20 segundos, días después repitió con otro oro en los 400 metros planos. Panamá a escazo 27 años de su separación de Colombia había entrado a las filas de los grandes deportistas internacionales.
Reginald Beckford, nació el 9 de mayo de 1903 en la ciudad de Colón, sus padres eran Reginald Beckford y Ann Miller Beckford, oriundos de Catadulpa, Montego Bay, Jamaica. El Sr. Beckford, padre, viajó a la ciudad de Colón dejando 4 hijos en Jamaica de un matrimonio previo, nunca trabajó en la Zona del Canal pues tenía un negocio de carruaje de caballos que era el método de transporte en Colón de la época.
A los 10 años de edad sus padres se trasladaron a la ciudad de Panamá al área del Marañón. De su educación no se tiene información, pero era una persona muy bien hablada en inglés y español y tenía una facilidad a las matemáticas. Por las calles del Ñón se hablaba de la gran velocidad de “Reggy” y fue estimulado a desarrollar esa habilidad. Fue llevado a las pistas del Parque Istmeño que estaba ubicado en el mismo lugar donde construyeron el Estadio Juan Demóstenes Arosemena. Mientras fue aumentando su habilidad y su velocidad practicaba en Barraza y en el área canalera especialmente Ft. Clayton y Balboa bajo la férrea disciplina de James Worth llegando a participar en más de 100 competencias perdiendo en solamente dos ocasiones.
Para el II Juegos Deportivo Centroamericanos y del Caribe celebrados en La Habana, Cuba, entre el 15 de marzo al 5 de abril de 1930, Panamá no contaba con un Comité Olímpico, pero después del heroico acto de Adan Gordón, el “Llanero Solitario” de 1924 Panamá hizo todo esfuerzo para participar en esa competencia deportiva internacional con una buena representación. El esfuerzo no fue en vano, “El Relámpago” le entregó a su patria su primera presea de oro al ganar en el sprint de los 200 metros planos con tiempo de 22,20 segundos. <Panamá explotó de alegría>, varios días después repitió con otro oro en los 400 metros planos. Durante ese evento otros atletas panameños obtuvieron medalla de oro, pero la del Relámpago fue la primera.
Reginald también asistió en 1935 a los III Juegos Centroamericanos y del Caribe, en El Salvador pero una lesion en el tobillo lo abligó a retirarse del certamen. Ya de vuelta a la patria y aun recuperandose del tobillo, corrio y ganó su evento en el estadio de Colón hoy conocido como Estadio Mariano Bula. Participó en eventos en Jamaica en 1936, tierra de sus antepasados y en Barranquilla, Colombia en 1946 sirvió como profesor de atletismo. Ya contaba con 35 años de edad y la lesión del tobillo no le permitió participar en los IV Juegos Deportivos Centroamericano en 1938 pero estuvo al lado de los grandes corredores como Jenin Blackett, Carlos Belizaire, Nola Thorne. Para los años posteriores atendía a Lloyd LaBeach, el único medallista olimpica de Panamá.
Siguiendo los pasos de su padre, nunca trabajó en el área canalera porque sentía que no podría someterse al racismo y la discriminación tan rampante en esa área. Fue conductor de taxi y guía turística pero era más grande su espíritu empresarial. Despues de analizar el mercado de posibilidades, vió el potencial en la venta de maní en los eventos deportivos. Contactó al Molino Criollo y logró una concesión de maní crudo lo cual horneaba en su casa y con la ayuda de los vecinos y otros, lo empacaba en bolsitas. Ya empacados, él mismo los vendía en los coliseos durante los eventos deportivos, en los fines de semana los ofrecía por las calles de Panamá y se trasladaba a la ciudad de Colón durante eventos deportivos y festividades locales. Adquirió el apelativo de “Maní Campeón” y su presencia vendiendo su maní era de mucha alegría y diversión, siempre estaba rodeado de los niños que lo acompañaba en su recorrido a alta velocidad cantando:
Maní Campeón, Maní Campeón,
Sin discusión,
Murió Remón por no comer
Maní Campeón.
It is so sweet
It don’t stick
To your teeth.
Además de cantar y bailar, al recorrer las calles con un bolsón lleno de paquetes de maní, lo tiraba a las personas en los balcones y luego regresaba para cobrar. En las cantinas y las actividades, entregaba un paquetes a cada personas y a la vuelta regresaba a cobrar. Ese mercadeo de distribución le produjo muy buenos resultados y el negocio aumentó de tal manera que su amigo Carlos Eleta, conocido empresario y promotor deportivo, ideó la primera propaganda movil cuando le suplió con la bolsa para transportar los paquetes de maní sobre impresa en la parte exterior con propagandas de los cigarrillos Marlboro.
En 1975, a los 72 años de edad, por sus hazañas deportivas pasadas, le fue otorgado una pensión de B/385.00 y los Casinos Nacionales también le otorgó una pensión vitalicia.
Reginald era un hombre muy meticuloso en su vestir. Sus zapatos black and white, siempre bien limpios y inmaculadamente trabajados; sus zapatos negros brillaban con su “spit shine”. Tenía más de 10 lentes oscuros de distintos modelos cada uno para una ocación especial. Aunque en su andar por las calles, sudaba copiosamente, siempre llevaba puesto su corbata y una camisa manga corta.
Era una persona muy disciplinada y ahorrativa. A su única hija: Perla, nacida en 1956, al fallecer le legó una suma muy cómoda para la época. También crió los hijos de su esposa Eva Pierre, nacida en Martinica.
El momento más triste de su vida fue causado por el fuego de San Miguel de 1959 que destruyó todas las medallas y galardones obtenidos. Sollozando, fue trasladado a las barracas de Santa Cruz y luego se mudó a la calle Mariano Arosemena pero nunca dejó de alegrar a su público con su Maní Campeón.
Falleció el 17 de octubre de 1995 a los 92 años de edad. Fue sepultado en el Cementerio de Juan Diaz pero posteriormente sus restos fueron trasladados al Cementerio Amador lugar destinado al reposo permanente de todas las grandes personalidades de la república de Panamá.
Una gloria deportiva, una excelente persona y un gran empresario:REGINALD BECKFORD MILLER
Anthony C. McLean