Carlos Alberto Martínez
EPASA
A pesar de no contar con un Comité Olímpico Nacional, Panamá logró su aparición en la escena deportiva internacional con su asistencia a los II Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en 1930, en La Habana, Cuba, dos años después de la aventura de Adán Gordón en Amsterdam.
Estas justas, se iniciaron oficialmente en 1926, en México y en ese tiempo, sólo tres países asistieron: Cuba, Guatemala y la nación azteca, y cuatro años después, la convocatoria aumentó a ocho países, entre ellos, Panamá.
La primera representación panameña fue en las disciplinas de atletismo, béisbol, baloncesto y tenis. La primera medalla de oro y la primera que gana nuestro país en el concierto deportivo mundial sería obtenida por el velocista Reginald Beckford, en los 200 metros planos con un tiempo de 22,20 segundos, igualando la marca que cuatro años antes impuso el mexicano Lucilo Iturbe. La hazaña se dio en el Estadio de la Cerveza Tropical de La Habana (hoy Estadio Pedro Marrero).
A Beckford, quien logró una segunda presea dorada en los 400 metros, le siguió Fernando Navarro en la carrera de los 110 metros vallas y salto largo.
Desde entonces, la representación canalera tendría una regularidad en estos juegos, de los cuales albergó en dos ocasiones, 1938 y 1970, y alcanzando la mayor cantidad de delegaciones y medallas tanto en ese lapso, como en los juegos de 1946, en Barranquilla, Colombia, y 1954, en México, y la menor de todas fue en los juegos de la tierra azteca, en 1990, con una delegación "simbólica", dado a que nuestro país apenas se recuperaba de la invasión norteamericana de un año antes.