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Guatemala inicia proceso contra la Discriminación

Menchú reconoció a sus agresores
Entre lágrimas, Nobel narra agresiones de eferregistas
Por: Conié Reynoso


Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz de 1992, no pudo contener ayer las lágrimas al recordar en el tribunal cómo los seguidores del FRG la insultaron en 2003: “Me decían ‘india sucia, hija de..., andá a vender tomates a La Terminal’, eso me marcó porque demuestra lo lejos que estamos de que en este país todos seamos tratados por igual”.

Menchú reconoció a los cinco acusados, que enfrentan juicio por discriminación y agresión, como las personas que la insultaron por su condición de indígena, el 9 de octubre de 2003, cuando cerca de 200 eferregistas le gritaron en la Corte de Constitucionalidad (CC) en momentos que se discutía la participación de Efraín Ríos Montt en la contienda electoral.

La embajadora de Buena Voluntad detalló la forma en que cada uno de los enjuiciados la insultó.

Señaló a Juan Carlos Ríos Ramírez, nieto del líder del Frente Republicano Guatemalteco (FRG), Ríos Montt, como uno de los que le gritó “india hija de la...”.

El testimonio hizo que varias personas del público lloraran cuando Menchú expresó los sentimientos que le invadieron el día en que fue humillada por los eferregistas.

Larga participación

La participación de Menchú se prolongó por tres horas, debido a que los abogados defensores mostraron su inconformidad a los jueces del Tribunal Décimo de Sentencia, que no les permitieron hacerle preguntas que no tenían relación con los hechos.

La defensa también se oponía a que Menchú observara las fotos de medios de comunicación escritos en las que aparece una de las sindicadas —Elvia Morales de López— gritando a la activista.

Por un momento, el defensor Francisco García se dirigió a la Nobel en forma intimidatoria, hasta que los jueces le llamaron la atención.

Preguntas sin relación

EL Ministerio Público (MP) intervino varias veces, pues a su criterio las preguntas de la defensa no estaban relacionadas con la agresión a Menchú, ya que la cuestionaban sobre quién le pagaba su seguridad o la quema de la Embajada de España, donde murió su padre.

Además de Ríos Ramírez, enfrentan juicio Ana Cristina López Kestler, diputada al Parlamento Centroamericano por el FRG, y las eferregistas Elvia Domitila Morales de López, Vilma Orellana Ruano y Enma Concepción Samayoa de Rosales.

El MP los acusa de coacción, amenazas, discriminación y desorden público. El debate se reanuda mañana.

“Me decían: ‘andá a vender tomates a La Terminal’. Y quiero aclarar este día, para mí no es malo vender tomates en La Terminal, quiero expresar mi amor hacia estas personas. El insulto hacía mí fue tocar mi dignidad como ser humano”.

“Durante seis meses, muchas personas me mandaron cartas para ofrecerme disculpas por lo que me hicieron, durante ese tiempo sentí que había perdido algo. Perdí la fe en que en este país seamos todos iguales”.

“En ese momento me dolía la ofensa (...) me entró una sensación de que el racismo que yo siempre añoré evitar en Guatemala, ocurrió otra vez. Esos minutos me recordaron las humillaciones que recibí cuando era pequeña”.

“Quizá lo que más me golpeó es que yo nunca pensé que a estas alturas volvería a vivir los insultos que recibió mi madre y los que recibí cuando era niña. Y mucho menos que sería en ese tribunal (Corte de Constitucionalidad)”.

“Desde aquel día en la Corte —9 de octubre de 2003— recibí una enorme cantidad de testimonios de personas que han vivido lo mismo, la discriminación. Eso me indigna, porque yo soy una mujer más de este país”.

“Cuando terminó el fiscal su exposición, vi por unos segundos la avalancha de gente que comenzó a insultarme, por todos lados oía que me decían: ‘India sucia por qué estás aquí, india sinvergüenza, india vendepatrias’”.